martes, 14 de julio de 2009

¿Còmo entendemos los jóvenes el Socialismo del Siglo XXI?

Cambios sociales profundos , la prédica de valores en los que creemos, nueva forma de gobierno popular, creación de riquezas a partir de la conciencia, una gigantesca escuela de formación y práctica en principios, soberanía nacional, el derrocamiento de la ignorancia que domina, Estado al servicio del pueblo, un ser social nuevo, sanación de la podredumbre de la corrupción, muerte al egoísmo, muerte al afán de lucro, muerte al individualismo, muerte a la indiferencia.

Gran participación popular organizada, ideología y práctica anti-imperialista, cristianismo redentor, patriotismo, internacionalismo, redistribución de la riqueza, procesos de liberación, de trabajo, de lucha, de creación, de aprendizaje, de justicia, fuente de derechos, restitución de derechos humanos, esenciales, sociales, económicos, democracia directa, movilidad social, cambios educacionales, misiones milagrosas, prioridad: calidad de vida sobre acumulación desmedida.

Eliminación de cualquier forma de discriminación, cambio en la situación de subordinación tradicional, transformaciones radicales en normas y valores, bienestar social, todo esto compone el panorama del cielo que queremos dibujar en la tierra, evolución social, concepción de vida en valores, enseñanza que nos permite saber, educación que nos lleva a hacer, postulado de amor, todo esto es el llamado socialismo.

Para la juventud de Nicaragua, del alma Latinoamericana, de los más diversos lugares de este planeta, para la juventud semilla de maíz nuevo, el socialismo debe ser la alternativa real frente a la demagogia y la tempestad del capitalismo.

Debe ser, sin duda, la vida fecunda con sentido, el regreso al hogar, el poder de decidir desde nuestras capacidades, potencialidades no ajenas, ni extranjeras, debe ser el poder de nuestros propios recursos, el caminar sobre las aguas sin hundirse, la multiplicación de los panes, el amor al prójimo desde las entrañas, el levántate y anda, la satisfacción digna de las necesidades elementales, deber ser el eslabón de la realización, la expresión de la felicidad, el despertar de la conciencia, la voluntariedad en la misión del amor, la restitución de la dignidad, la alegría que moviliza.

El socialismo del siglo XXI, es actual, es de ahora, de este tiempo, de este siglo, de este momento, es el creer en la honradez como autoridad moral, es disposición al sacrificio, es la verdadera democracia, la democracia revolucionaria, es valores que nutren vigores.

Socialismo, para que ya no haya asaltos que intimiden, que roben confianza, esperanza, vidas, en los que la juventud atente contra la juventud en tono amenazante, con palabras que hieren y lo digo con conocimiento de causa: “ si no me das el bolso te degollo”.

Socialismo para revertir este proceso de descomposición social, burda y absurda herencia del capitalismo, producto de la pérdida de valores humanos y cívicos, porque la violencia y la delincuencia parten del capitalismo como modelo que ha priorizado el mercantilismo voraz antes que el desarrollo humano.

Socialismo es realismo y es utopía, es el cambio por frases edificantes como “yo nací en una ribera del Aurauco Vibrador, soy hermano(a) de la lluvia, de la garza, de la rosa y del sol...”, es el reconocer el amor en cada aspecto de la creación, es el saltar de un video del “yo si puedo” para hacerse espíritu y carne iluminado.

Juventud lo bueno es que tenemos la posibilidad de elegir, por nuestro “libre albedrío”, de discernir entre los que nos da la posibilidad de vivir en plenitud: el socialismo, y lo que nos destruye: la oscuridad, la mezquindad, la incertidumbre en fin la razón del capital.

Juventud es momento de aprestamos a la vida en flor, en armonía, solidaridad, fraternidad, libertad e igualdad, retomando la senda de nuestros héroes de luz y verdad que nos dirige a transformar realidades, a salir del angustioso status quo, a despojarnos de egoísmos.

Juventud que se educa con espíritu internacionalista, en los países del ALBA, juventud que busca decidir sobre su propia vida con responsabilidad, juventud que exige respeto y valoración, que no escucha sobre participación, que no lee sobre participación, que vive la participación, que considera la libertad como inspiración y creación.

Juventud que confía en la horizontalidad de la relaciones humanas, la humildad, la autonomía local como derrota de injerencismo, que propone y tiene diversas iniciativas de autogestión, distribución y descentralización, juventud con espíritu de cooperación voluntario, que defiende y lucha por la unidad antes que por la separación, la estratificación o la división en clases.

Juventud el socialismo no es retórica, discurso adornado o bien maquillado, es humanidad en acción, es coherencia, es el(la) maestro(a) que nos recuerda el origen, es el(la) guía interior para llenar el exterior de regocijo, a como aprendí en mis años de escuela socialismo es “en todo amar y servir”.

Ya el Cro. Orlando Nuñez puntualiza algunas ideas objetivas al respecto: “ si en el capitalismo la acumulación es un fin en sí mismo, en el socialismo la acumulación se convierte en un medio para el bienestar social de los trabajadores, productores y consumidores...”

“El socialismo se inicia con el desenmascaramiento y denuncia de las contradicciones y efectos nocivos del sistema capitalista. Continúa como lucha organizada de los trabajadores, productores directos y países que padecen la explotación del trabajo y de los recursos naturales. Y se desarrolla cuando la correlación de fuerzas, política, económica y cultural, favorece al trabajo y al bienestar de la sociedad en su conjunto.”

El despertar hacia un sol de conciencia es el socialismo del siglo XXI para la juventud, es la congruencia impostergable para la formación, para el nacimiento de un ser nuevo, es posibilidad de reeducarnos, mediante la conceptualización, la identificación, el análisis y la comprensión de las diversas propuestas y teorías, valores, derechos y obligaciones, principios, en fin en todos los saberes logrando elevar la conciencia y ser conciencia plena.

Socialismo es integralidad, es alto sentido de pertenencia que se manifiesta en ímpetu valiente y en respeto a la soberanía, es eliminar criterios de consumo y de competitividad para dar paso a criterios de complementariedad y solidaridad.

Para la juventud socialismo no debe ser una abstracción, ni un concepto aislado, deber ser un proyecto de vida, fundamentado en la educación accesible, gratuita, de calidad, sin voracidad, tomando en cuenta las necesidades sociales y en armonía con el medio ambiente, sustentado también en la salud gratuita, que escucha y alienta a superar dolores, como pacientes y no como clientes, en la autoestima que prospera porque esta venciendo la ignorancia, el temor, y se esta instalando la luz del porvenir, colmado en el disfrute de los derechos y en la participación activa por la solución de los problemas con iniciativa propia y no prestada, falseada.

Nuestra labor impostergable, nuestro compromiso, “juventud divino tesoro”, es ser parte y arte del proceso de cambio, darle profundidad al socialismo porque así cada vez menos habrá, hasta la extinción de los vicios generados por el monstruo de dos cabezas lo que hice mención en el escrito anterior: la delincuencia encorbatada, la corrupción privada y pública, la degeneración, la pobreza, niños en la calle, el trabajo infantil, ancianos en mendicidad, la prostitución en su forma tradicional y en la política, la irresponsabilidad materna y paterna, la desinformación, el daño al medio ambiente, la explotación y la división de clases.

Viva el desarrollo fecundo del socialismo porque nos conduce a la mayor suma de felicidad posible:

“Hoy, cuando los motores de nuestras almas tam­bién se ponen a toda revolución, la Patria nos pide cam­biar su realidad mejorando la nuestra. Con solidaridad y una idea común de justicia sumaremos nuestro talento al de los demás y así nosotros mismos aseguraremos la mayor suma de felicidad posible”.

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